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martes, 27 de diciembre de 2011

30 libros para 30 amigos - día cinco

La consigna del día es: un libro para un amigo que ayudó en un momento difícil.

Pensar en Claudia Vinograsky es rememorar momentos durísimos. Claudia llegó a mi vida cuando mi mejilla rozaba la lona de la derrota. Y ocupó un espacio muy grande, de jefa, amiga, hermana, compañera, madre, acompañándome durante mucho tiempo en una etapa de crecimiento personal que fue la bisagra de mi vida.
Claudia tiene un corazón gigante, en el cual caben todos aquellos que se le acercan con cariño. Tiene además una gran trayectoria como profesional y una inmensa historia como mujer.
Sé que también ocupo un lugar muy especial en su corazón, que mi recuerdo la invade con risas porque compartimos muchísimas alegrías, varias aventuras disparatadas y algunas utopías que quisimos hacer realidad. Ella sabe lo que yo siento por ella, y sabe que las remembranzas me la traen con esos ojos de niña sorprendida ante cada situación.
Tuve el placer de compartir su mesa, sus ideas, sus proyectos, he recibido de ella todo lo que una amiga puede esperar de otra: apoyo emocional, ayuda económica, afecto, solidaridad, generosidad, consejos, ánimos, elogios y críticas. Así también le di lo mejor de mí, todo mi amor de amiga acompañándola cada vez que hice falta, compartiendo con ella mi aprendizaje, mis cuidados, mis visiones.
Claudia no es una persona fácil, tiene su carácter, sus convicciones inamovibles y eso hace que a su lado vayamos quedando solo los que apreciamos su verdadero valor, los que descubrimos lo que se esconde tras esos ojos de niña sorprendida.

A la hora de dedicarle un libro, se siente un poco de vergüenza. Cómo dedicarle un libro a alguien que vivió con un escritor que ya le dedicó varios y que dejó para ella poemas hermosos en cartas que aún guarda. Pero algo hay que elegir porque esa es la consigna...

Para Ella, la Colección de poemas, de Derek Walcott.

Un libro lleno de amor e ideales. Donde Walcott muestra sus luchas y sus decisiones, sus orígenes y sus pensamientos, enlazándolos en versos que producen muchas emociones en el alma. Confieso no haberlo leído en el idioma original, pero la traducción que pude encontrar es maravillosa. Copio y pego aquí uno de sus poemas más bonitos, aunque ninguno tiene desperdicio:



EL AMOR DESPUES DEL AMOR




Vendrá un tiempo
en que, con gran júbilo,
nos saludaremos a nosotros mismos
ante nuestra propia puerta,
frente a nuestro propio espejo,
y con una sonrisa ambos 
agradeceremos la bienvenida del otro,
y diremos, siéntate. Come.
Volverás a amar al extraño que fue tu yo.
Ofrécele vino. Obséquiale con pan. 
Devuélvele tu corazón,
a ese otro yo, 
al extraño que te ha amado
toda la vida, al cual ignoraste
por otro, que te conoce 
desde el fondo del alma.
Coge las cartas de amor 
que guardas en la estantería,
las fotografías, las notas desesperadas,
arranca tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Celebra la vida.

GRACIAS, Clau!!! Por haber estado siempre que te necesité. Y por haber sido mi apoyo y mi guía, cuando la noche era oscura y cerrada.

1 comentario:

claudia dijo...

Querida Isa, cómo agradecerte que me reflejes con tanta generosidad y cariño? Estoy emocionada, ha vuelto la Isa de los regalos sorprendentes, justo cuando un pequeño gatito, rescatado por Javier, duerme en mi falda y arrastra con potencia el recuerdo de la Tea que recibimos juntas.
Querida Isa, parte indisoluble de mi historia, de mis emprendimientos cordobeses, de tantas aventuras, con tus hijos irradiando ternuras. Gracias, con toda mi alma por estar siempre.