Seguidores

miércoles, 12 de octubre de 2011

Un relato, un diploma y mil gracias

Vengo de festejo. Porque hace un tiempo, participé en un sorteo que se realizó en el blog "escriboleeo", en el cual, para acumular números para el sorteo había que escribir un relato. Me animé y mandé el mío. No gané el sorteo (o sea que me quedé sin premio, snif...). Pero en la pulseada por los relatos, el mío fue el más votado por los participantes (y entonces sí me dieron premio!!!!).
El premio que recibí por ello es este precioso diploma diseñado por Débora, administradora del blog, y que hoy comparto con todos ustedes, a la par del relato.
Muchas (mil o más aún!!!) gracias a ESCRIBOLEEO por este magnífico detalle. Y si no han visitado aún su blog, pasen por allí porque hay de lo que busquen separado por secciones (que a veces conducen a otros blogs, pero todos le pertenecen)... =)




Relato nº 9: Si no fuera por él
Si no fuera por él yo tendría aún las entrañas detenidas. Lo confieso con un incierto sabor entre las fauces, tras despertar del letargo al que alguna vez fui sometida, para reconocer que nunca será mío.
Es él la causa de este dolor que me acosa a la altura del estómago y de este ardor que me ensancha y me debilita. Sin sus manos ciñéndome la ropa, casi con ternura, nada me hubiese movilizado hacia fuera de mi misma ni hubiera notado que estoy enclavada. No habría visto sus pupilas y, entonces, no existirían esta pulsación en mis sienes y esta búsqueda desesperada del roce de su cuerpo flexible, de sus hombros cuadrados que sostienen mi mundo. No sentiría que mis muslos van a estallar en astillas cuando él llega por la mañana. Sin sus silencios cuando me ordena los cabellos, dejándolos caer sobre mi escote o recogiéndolos sobre mi nuca, casi con devoción, yo seguiría lejana y altiva como una esfinge presa de la anorexia y la vacuidad, endurecidos los pómulos y las caderas. Jamás hubiese sabido de la angustia de su ausencia, ni de la ansiedad de la espera y la emoción del reencuentro. Él generó los besos que conservo atados dentro de la boca y los caballos cautivos que corcovean en la punta de mis dedos.
Si no fuera por él yo sería un maniquí más, de pie en el centro del escaparate.


2 comentarios:

Déborah F. Muñoz dijo...

^^ me alegra que te guste, siento no haberlo tenido antes

Paulii dijo...

buenisimo! te felicito! :)