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jueves, 27 de octubre de 2011

Memorias de una prostituta

Es el título del libro de Anne Smith, que obtuve como premio en un sorteo realizado en su blog.
Más allá de toda la emoción que me embarga en el momento en que el cartero toca mi puerta y de todo lo bonito que se siente en el corazón en el instante en que se lee, en la primer página de un libro, una dedicatoria tan linda como la que Anne me obsequió, me gustaría hablar del libro en sí.
Es que en este caso, la persona, Anne, puede enturbiar la visión objetiva del libro quitándolo del foco, ya que es una mujer muy especial con la cual he mantenido algunas conversaciones y ha logrado cautivarme con su encanto, y no quiero que mi afecto por ella distorsione mi evaluación de su libro. Aún habiendo mantenido esas charlas, jamás imaginé que dentro del libro iba a encontrar lo que encontré.



Memorias de una prostituta es un libro que se lee con facilidad. Está escrito en un lenguaje coloquial y da la sensación de que la autora está enfrente, hablándonos. Con semejante soltura se expresa sobre situaciones que a otros nos parecerían difíciles de oralizar, pintando las miserias de una profesión que estamos acostumbrados a estigmatizar en dos extremos: el infernal y el glamoroso. Dándonos ella una visión de grises, de puntos intermedios y, tal vez, matices hasta pendulares, sobre su propia experiencia.
Lo que más me llamó la atención fue ese discurso, sencillo, frontal, cuidado, que jamás cae en la morbosidad que algún lector espera ni en la autocompasión que esperan otros. Una narración hilada, tal cual lo sería una conversación de sobremesa con amigos. Anne asienta juicios propios dentro de la historia, no olvidemos que es una historia real y como historia real deja huellas en el corazón. Sin embargo, a pesar de estos juicios que hace, se muestra llena de compasión hacia el mundo que habitó durante tantos años.
Desde fuera, uno puede preguntarse muchas cosas, nuestro propio instinto enjuiciador puede hacer planteos ante la toma de decisiones que la protagonista hace. Pero ella misma se encarga de dar explicaciones que, pueden o no bastarnos a nosotros pero, que nos dejan en claro que fueron decisiones sopesadas a conciencia de las consecuencias que traerían.
La otra gran sorpresa ha sido encontrarme con una espiritualidad superior, un alma en el camino de regreso. Anne intercala constantemente ideas sobre el proceso de sanación del karma (aunque no lo denomina de esta forma, es mi manera de resumirlo...) que yo comparto. Así que abrir su libro fue como sentarme realmente frente a un alguien con ideas afines, en comunión. El Camino de Santiago es el que refleja su verdadero tránsito, un camino hecho con interrupciones y en compañía de crédulos e incrédulos, que refleja en su descripción casi como un fiel espejo el trajinar de su crecimiento, con una llegada a puerto en alegría que presagia que su historia tendrá un final de paz y que, en tanto, no es más que otro peregrino. El camino de Santiago, si bien es otro hecho real dentro del libro, es la plena metáfora de su crecimiento, de su búsqueda y su sanación.
El libro es en general una demanda. Un pedido, no de socorro. Sino más bien un pedido de observación sobre una realidad que a una parte de nosotros nos resulta transparente, y a otros repulsiva. Un grito que dice que somos algo más que aquello que hacemos para ganarnos el pan y que pone en evidencia la ignorancia, la desidia, el abandono a que están sometidas las mujeres que ejercen la prostitución. Y, a la vez, es un susurro de compasión y esperanza, un murmullo de serenidad que augura que siempre se puede triunfar sobre la adversidad.
Como ávida lectora, el libro se me quedó corto. Me hubiese gustado un final quizás estúpidamente feliz. De esos que nos dejan con la conciencia tranquila. Pero el libro nos deja con la idea repicante de que pudo no ser así, o tal vez sí, pero no lo aclara. Lo que hace que volvamos sobre la idea de las muertes, la violencia y adicciones, sobre los finales de las compañeras de Anne narrados a lo largo del libro y acabemos con la conciencia intranquila.
A través de la lectura acompañé a Anastasia, cruzando sus dolores, sus emociones, sus investigaciones sobre la desprotección. Me sentí con ella sometida, abatida, añorante, desgastada. Pero también me sentí lúcida, recuperada y esperanzada.
Memorias de una prostituta es la historia de una mujer y sus circunstancias. Ninguna vida es fácil. Todas las vidas exigen lucha y sanación, todas.

Gracias, Anne, por el libro y por haberme hablado a través de él. No puedo decir que estoy feliz de que hayas vivido lo que te tocó vivir. Pero sé que gracias a ello, eres la persona que hoy eres. Yo estoy muy orgullosa de ti.

6 comentarios:

Espe dijo...

Muy buena reseña. Me dejas con ganas de leerlo.
Parece un libro duro pero especial.
Besos

Julia Zapata dijo...

Hola, es la primera vez que entro en tu blog, ya que acabo de ver el enlace que ha puesto Anne en la página de facebook.
Has hecho una reseña muy buena, hacia un libro que para mí, es de lectura no recomendada si no obligatoria, por la enseñanza que guarda en sus páginas.
La protagonista nos da una lección de fuerza, coraje y sobre todo... humildad, y que nunca pierde el norte a pesar de esas vivencias tan negativas.
En cuanto a Anne autora, debo decir que pienso lo mmismo que tu sobre ella, es una gran mujer que todo lo da por nada.
Un abrazo y felicidades por ese premio que más que un libro, es sabiduría para la vida.

Paulii dijo...

me llamo mucho la atencion lo que cuentas! tengo muchas ganas de leerlo! vere si lo encuentro...

Marga Ramon dijo...

Me ha encantado la reseña. Si tenía ganas de leer este libro, ahora muchas más. Me encanta el Camino de Santiago y perderme por sus bellos paisajes, así que tengo ganas de leer esta historia de superación y busqueda.
Besos

Anne dijo...

Muchas gracias Indianred, esta reseña es espectacular, has plasmado la esencia del libro con una claridad impresionante, un beso Anne.

Annika dijo...

Muy buena reseña! tengo el libro esperándome impaciente en la estantería, poniéndome ojillos para que lo coja y lo lea ya, y la verdad es que tengo muchas ganas. En cuanto termine la novela que tengo entre manos en estos momentos me pondré con ella.
Un saludo!!