La consigna del día es: uno que quieras volver a leer en la vejez.
Este item me llevó bastante tiempo de pensar qué debía hacer. Me pregunto para qué querría leer un libro en mi vejez, por qué esperar, por qué no hacerlo ahora.
Posibles respuestas:
a) porque quiero recordar y mantener fresco algo. (Para lo que supongo que basta mi propia memoria, mi vivencia de hoy.)
b) porque quiero leérselo a alguien, y esa persona no está aún a mi lado, lo estará en mi vejez.
c) porque de hacerlo ahora no descubriría lo que debo descubrir dentro algunos años.
Ahora bien:
Descartada la opción A. No sé qué podría querer recordar. Estoy convencida de que el olvido es una bendición y que los recuerdos mueren en el momento preciso en que deben morir.
Pero... las otras dos respuestas sí me dan algo para elegir. Ojalá fuese una sola elección, pero no puedo, no me coinciden. De modo que hoy tendrán que aguantarse que mi consigna del día se duplique.
Vamos por B. El libro que quiero releer en mi vejez, porque quiero leérselo a alguien que no está a mi lado, que lo estará en mi vejez (esperemos...):
El millonésimo círculo, de Jean Shinoda Bolen.
Es el libro que quiero leer a mis nietas. Cuando estén listas para entender todo lo que luchamos para salir del patriarcado y entrar en la igualdad (tengo la esperanza de que para ese entonces ya lo hayamos logrado y hasta les parezca irrisorio pensar que alguna vez pudo ser diferente).
Acerca de El Millonésimo Círculo
Cuando un número decisivo de personas transforme su actitud o comportamiento, la cultura en su totalidad también se transformará y comenzará una nueva era. Este es el planteamiento básico de de R Sheldrake en la teoría de la Resonancia Mórfica, la cual es tomada por la doctora en medicina y analista jungiana Jean Shinoda Bolen (Autora de las Diosas de cada Mujer) en su libro El Millonésimo Círculo. De esta forma alienta a las mujeres a tomar parte en este cambio de era que estamos viviendo y aportar su sabiduría y sus virtudes íntimamente femeninas a la transformación de la humanidad. ¿Y cómo hacerlo? ¡Creando Círculos de mujeres!...hasta que lleguen al “millonésimo círculo” que será el punto clave que incline la balanza hacia una nueva humanidad.
Y ahora sí, la posibilidad C. Y la más difícil de asumir, aunque parezca la menos humilde. El libro que he de leer en mi vejez, porque de hacerlo ahora no podría descubrir lo que debe descubrirse.
Reflejos, revanchas, reveses; de Isabel Ali.
El primero, quiera el destino que el primero de muchos.
Zora respondía al post en el que dije que los autores crecen con el tiempo y mejoran su obra, contestando: "Los autores no sólo crecen, lamentablemente algunas veces también se marchitan".
Y me dejó pensando... Y sé que no habrá otro modo de saberlo que releer mi libro dentro de veinte, treinta o no sé cuántos años... para averiguar si me estanqué, si crecí, si me marchité.
“Reflejos, revanchas, reveses”, es el libro con el cual Isabel Ali alcanza hoy su sueño de ser édita. La particularidad de la escritura de Isabel consiste en que atraviesa lo cotidiano, rescatando vivencias de todos los días, como experiencias dignas de ser contadas.
En este libro, conjuga historias de personas, e historias detrás y a través de las personas. Y describe en cada una paisajes y sensaciones, de manera tal que el lector no puede menos que sentirse parte de los relatos que las páginas, palabra a palabra, le van contando. “Reflejos, revanchas, reveses” es el nombre bajo el que se reúnen escritos premiados y otros completamente nuevos y que ha sido prologado por Andrés Aldao. —Reflejos de personas que nunca son las personas reales, sino el reflejo que mis ojos ven al espiar detrás de los cristales, revanchas que se toman o se dan ante las circunstancias, reveses que no vemos o no sabemos ver como lo que realmente son: la otra cara de la moneda —señala la autora.
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